ESCRIBIR
La pantalla en blanco. Las manos sobre el teclado. Los dedos preparados sobre cada letra. ¿Ideas? miles. Pero ¿cómo organizarlas? Las normas piden que todo tiene que tener un principio, pero ¿tiene que ser ser siempre así?
Porque si la imagen es la potranca baja de largas crines despeinadas que corretea alrededor de su madre, que cada tanto baja la cabeza, la huele, le frota el hocico y le insta a dar pasos más allá del corral es lo que me aparece con más fuerza. La normativa tradicional indica que tengo que empezar describiendo la campiña verde, la frescura de la mañana, el aire transparente y darle inicio a una narración ubicando espacio y tiempo de una situación.
Pero la imagen de la madre educando a su hija es la única que se mantiene incólume en mi mente y mis dedos no saben qué letra apretar para empezar a escribir.
CUENTO - 11-03-15
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