Amor.
He aquí una palabra tan USADA y que tiene una profundidad insondable y una dimensión inconmensurable.
Es una palabra RUMOROSA. Porque ante la sola mención del amado, comienza a sonar a nuestro alrededor como un aleteo que nos alborota.
Es una palabra ALEGRE. Porque llamar al amado "amor" es como hacer sonar miles de campanillas en su interior.
Es una palabra FRESCA. Porque nos vuela el pensamiento hacia el amado como un abrir de ventanas en primavera para que nos inunde la brisa cargada de aroma a hierbas nuevas.
Es una palabra FUERTE. Porque la mirada del amado fija en su amor es tan imperiosa que es imposible separarse de la fuerza de su energía.
Es una palabra CALIDA. Porque la presencia del amado nos enciende la vida, como el abrazo del fuego en la zarza, rodeándola y transformándola, sin consumirla.
Es una palabra VIVA. Porque vivirla exige la donación completa al amado y solo se alcanza la felicidad cuando se lo hace feliz a él.
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