sábado, 26 de enero de 2008

DOMINGO POR LA MAÑANA




Arriba, una inmensa campana azul.


Abajo, un ancho pañuelo verde.


Y en medio, yo. Con un corazón que galopa de amor.




Arriba, una medalla amarilla, imponente, que nos ciega con su luz, inundándolo todo de brillo y claridad.


Abajo, la vida se ha despertado y comienza a bullir en movimientos, sonrisas, miradas.


Y en el medio, yo. Con este fuego interno que me consume, que me inmola en quietud externa, pero que me lleva, con el alma, a buscar nuevos horizontes.




Arriba, el aire cuaja en cubitos transparentes y sólidos de frío.


Abajo, las casas alzan sus párpados, encendiendo el fuego, y desprenden un airecillo a tostadas recién hechas y manteca, que va a enredarse en los árboles, los techos bajos, alguna antena...


Y en medio, yo. Con una canción en el pecho, esta sonrisa que ya no puedo ocultar y un brillo nuevo en los ojos, porque dentro de un momento voy a encontrarme con el amor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

y mas al este, yo, Buscando un momento para cerrar los ojos. No sirvo para las medallas brillantes, me oculto de ellas, ni bien aparezca , imponente, buscaré a morfeo dueño de mi suerte...

PAYREO