miércoles, 24 de agosto de 2011

HACIA EL PARQUE

Vestía una amplia pollera estampada de vivos amarillos y naranjas y una chaqueta blanca y llevaba colgado del hombro un bolso blanco que hacía juego con sus zapatos de tacones bajos.
Sostenía de la mano a una niña a la que sonreía y hablaba con dulzura, mientras la conducía a los juegos y le regalaba un globo multicolor.
Al andar, sacudía con su mano pequeña la larga cabellera oscura, rizada y brillante.
En su sencillez, llamaba la atención de los transeúntes con que se cruzaba.

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